exclusiva clientela, en cada golpe dejabas tu sello de autor; mientras a salvo reias y contabas las pelas alguien pasaba gritando "?al ladron, al ladron
Vertaling: Sabina, Joaquin. Dief, dief!.
y en cada golpe dejabas tu sello de autor. Mientras a salvo reias y contabas las pelas alguien pasaba gritando: ?Al ladron, al ladron! Si no fuera por